El apoyo de la pareja es importante

El papel del papá en el parto

En la actualidad la posibilidad que ofrecen las diversas tecnologías para estar en comunicación, te ofrecen como papá la posibilidad de estar más al pendiente y estar disponible en caso de que se requiera algo. El día del parto no olvides conectarte vía correos electrónicos, teléfono celular, etcétera. Tu apoyo es muy importante y será un gran consuelo que tu esposa sepa que estás al pendiente. Confía en tu sensatez e intuición, prevé todo aquello que se pueda requerir e infórmate.

1- En el parto

Considera que tu pareja te necesitará cuando llegue el momento de dar a luz. El control del parto puede hacerte sentir que no eres muy necesario, sin embargo, es muy importante que estés con tu pareja cada vez que sea posible. Procura demostrar amor y cariño con ella, tranquilízala y, aunque estés emocionado, trata de conservar la serenidad.

Procura no entrometerte con el trabajo de los especialistas, y evita cualquier irritación con tu esposa. Trata de darle un espacio, habrá momentos que tal vez quiera estar sola. Sé positivo y evade emitir alguna crítica; ahora más que otras veces necesita de apapacho y comprensión. Anímala y busca ser empático con ella.


No dudes en preguntar

 Durante el proceso del parto pueden surgir muchas dudas, es probable que sientas ansiedad o preocupación al respecto del curso de las cosas. No duden en preguntar hasta la más mínima duda. Los doctores, parteras y especialistas están para servirte y ayudar a que todo funcione lo mejor posible. Ellos habrán de atender tus requerimientos, pues su misión es lograr que el nacimiento del bebé sea lo más normal y exitoso posible.

Cabe señalar que mientras los médicos hacen su trabajo, es sano que te enfoques a ayudar a tu pareja, a apoyarla en la medida de lo necesario y convertirla en tu centro de atención.


Apoyo práctico

Hay muchas cosas que puedes hacer para ayudar a tu pareja a tolerar los malestares y dolores propios de su condición a la hora de dar a luz. Si ella quiere vivir el parto sin fármacos, anímala en la medida de lo razonable, y no le contradigas si te pide algún calmante. Aplícale sencillos masajes, refréscala con agua si tiene la boca seca y trata de hacerla sentir cómoda.

El dolor que ella ha de experimentar en esta experiencia era de esperarse, ya hubo una preparación mental y física previa al día del parto. Sin embargo, esto no obsta para que cambie de opinión respecto del uso o no de los calmantes, y tú deberás ayudarla en todo lo que se requiera y apoyarla en sus decisiones.

Aunque el parto se planifica, puede ocurrir que la madre se arrepienta de no tomar algo para el dolor que experimenta, ya que el alto grado de dolor no es previsible hasta el momento que se vive.

 
Cambios de ánimo en tu pareja

Procura mantener un estado anímico positivo ante los repentinos cambios de carácter de tu pareja. Ella puede demostrar agresividad o gritar, como una manera de soportar la presión de su estado, sobre todo en el tránsito de la primera parte del parto a la segunda fase. Lo mejor es que lo consideres como algo positivo que anuncia un paso más hacia el ansiado advenimiento del hermoso bebé.


Lo inesperado, consejos para enfrentarlo

  • Recuerda que es su cuerpo, y tu pareja tendrá la última palabra al respecto de propuestas e ideas. Esto no aplica en el caso de una emergencia, en la que los médicos especialistas justifican claramente algún cambio no previsto.
  • Concéntrate en tu esposa. Enfócate en atenderla y dejar que el personal realice su trabajo. Por ejemplo, el médico puede decidir monitorear con tecnología, pero esto no deberá distraerte, las máquinas no deben ocupar tu atención.
  • Ambos procuren mantenerse informados y preguntar cada duda que pudiera surgir antes, durante y después del parto.
  • Es sano platicar al respecto de los posibles imprevistos que puedan surgir durante el parto. Procura comprender los puntos de vista de tu pareja y considera que pueden haber cambios en la planificación de último momento.
  • Si los especialistas sugieren algo que anticipas que no podría ser del agrado de ella, busca ganar tiempo y sugiérele de manera sutil un cambio de posición, por ejemplo, antes de que se comiencen a tomar medidas al respecto.
  • Recuerda que en caso de una emergencia, el grupo médico habrá de intervenir de inmediato, y que esto no es culpa de tu pareja, pues son imprevistos que surgen a la hora del parto.
  • Lo que sea que ocurra, procura platicarlo después con tu esposa, con los amigos y familia si es necesario. Habrá que pensar en cómo comunicar el hecho.

2- El parto, la segunda fase
 
Ideas prácticas

El apoyo a la pareja y ser testigo del nacimiento de tu bebé, suele ser algo abrumador. La segunda fase supone un trabajo muy importante para la madre, pero siempre podrás ayudarle y esto hará que te sientas más involucrado en el proceso del nacimiento de tu bebé.

En caso de haber asistido a clases para el parto, suponemos que ambos miembros de la pareja conocen las posiciones probables para el nacimiento del bebé. Como papá puedes ayudar a tu pareja a adoptar y sostener dichas posiciones a la hora del nacimiento.

 
Apóyala y sostenla

Considera que a veces hay que improvisar, y que las posturas ensayadas no siempre sean aplicadas a la hora del parto. Esto en realidad no importa, pues lo que se requiere es que se sienta lo más cómoda posible, adoptando una posición que facilite el nacimiento de tu bebé.

Durante el proceso, no olvides decirle palabras optimistas o positivas, animándola en todo momento. El contacto físico y las caricias son importantes, ya que la hacen sentir bien y reconfortada.

 
El instante del nacimiento

Al momento que se pueda ver la cabeza de tu bebé (coronar), descríbelo a tu pareja, sostén un espejo que le permita a ella ser testigo de este milagroso momento. Esto le inyectará ánimo y fuerza para seguir. Sin embargo, procura no interferir con el trabajo de los especialistas, médicos, partera o comadrona. Éstos supervisan el progreso del nacimiento y requieren de espacio para ello.

Cuando tu bebé haya sido expulsado por completo, infórmale a tu pareja el sexo. Es importante evidenciar que ha nacido su hijo, y no cualquier niño o niña, pues la palabra “hijo(a)” expresa un sentimiento profundamente familiar. Si los especialistas lo permiten, corta el cordón umbilical.

Este es un momento muy especial que habrás de recordar toda la vida, es el instante en que como parte de un proceso natural maravilloso, se convierte en un ser independiente.

 
Expresa tus sentimientos

No dudes en manifestar tu sentir al respecto del nacimiento de tu bebé y compartir sus primeros momentos de vida con tu pareja. Llorar es parte de la emoción que esto te ha de generar, por lo que evita reprimirte, pues es uno de los instantes más emocionantes que un ser humano vive.

Si puedes, fotografía o videograba el acontecimiento, pero no te distraigas de la ayuda que se pueda prestar, además de no olvidar evitar interferir con el trabajo de los demás.

Tu bebé y tu pareja son lo más importante en este momento.


3- La cesárea en el parto

Puede ocurrir que una operación con cesárea haya estado planificada, pero esto no significa que tu pareja no sienta nervios o ansiedad al respecto. También está el caso de que se decida realizar una cesárea no planificada y de urgencia, cosa que puede aportar una dosis de angustia y desorientación.

Tu papel será muy importante en estos casos, ya que tu cariño y capacidad de controlar tus emociones, te permitirán buscar la manera de tranquilizarla, al tiempo que investigas los motivos exactos de la decisión de cirugía.

Aunque los médicos no actúan si no hay un permiso de parte de tu pareja, es probable que ésta se sienta perpleja y no entienda los motivos reales, sino hasta después. Tu labor será calmarla e investigar al respecto, para aclarar y comprender las decisiones de los especialistas.

Anestesia local en la cesárea

Con excepción de que tu pareja solicite anestesia general o que la operación sea muy urgente, la cesárea se puede practicar con anestesia epidural.

Esto quiere decir que ambos compartirán la experiencia y la vivirán juntos. Podrás sentarte junto a ella y acariciarla para tranquilizarla.

Por lo general, no se podrá ver el trabajo quirúrgico, pues una sábana protegerá el trabajo de la vista de los papás. Sin embargo, y a pesar de ello, puedes llegar a sentir náuseas o mareos, como suele pasar, entonces lo mejor es salir de la sala, pues el personal y los especialistas ya tienen mucho trabajo, como para atenderte a ti también.


4- Un parto repentino

Puede ocurrir que tu pareja sienta el deseo repentino de parir. El parto puede llegar con tanta rapidez que tal vez no haya tiempo para hacer mucho, como el conseguir a un médico, llamar a la partera y menos esperar una ambulancia.

Si crees que esto puede suceder en cualquier momento, no te preocupes más de la cuenta: los bebés que nacen así suelen ser muy fuertes y demostrar vigor, además de que la mayoría de los partos de urgencia son rápidos y sin complicaciones.


Lo primero para hacer

No dejarla sola, la pareja se puede sentir abandonada, por lo que tiene que saber en todo momento que estás ahí. Ponla en una posición cómoda, y llama al médico o a la comadrona.

La otra opción es llamar a urgencias y solicitar una ambulancia. Lávate las manos alista unas toallas limpias. También prepara una especial para el bebé. Si te queda tiempo suficiente, busca sábanas, mantas o plásticos para proteger pisos y muebles.


A lo largo del parto

Si estás presente y es permitido, puedes participar activamente en el parto. Cuando la cabeza de tu bebé asome, tú deberás estar al pendiente, deberás pedirle a tu pareja que deje de empujar, dando la oportunidad a la vagina para abrirse lo suficiente sin desgarrarse.

Verifica con tus dedos alrededor del cuello de tu bebé para saber si no está enredado con el cordón umbilical, si fuera así, procura usar un dedo y pasarlo por abajo del mismo cordón, para después deslizarlo por encima de la cabecita de tu bebé, y sacarlo.

Recibe y sostén a tu bebé mientras sale poco a poco, con cuidado, ya que estará muy resbaloso, y entrégalo a su madre. Envuélvelo con una toalla para evitar el frío. No toques el cordón.

Si la placenta sale primero, antes de que llegue el apoyo médico, colócala en un plato o recipiente de plástico, para que el especialista observe su estado.

 
De regreso a casa…solo

Cuando regreses a casa, dejando a tu esposa en el hospital para su recuperación con tu bebé, es probable que te sientas un poco solo y con poca energía, inactivo. Sin embargo, te darás cuenta que hay mucho que hacer todavía, así que deja la indolencia a un lado, y ponte en acción.

Lo primero es difundir la buena nueva. Contacta a tus amistades, y expande la noticia del nacimiento. Todos querrán detalles. También aprovecha para dormir un poco, recupera energía para cuando tu pareja y tu bebé lleguen, y estés preparado para recibirlos y ayudar.

Compra lo que aun haga falta: juguetitos, periquera, una silla especial para el auto, pañales, toallas para bebé, etc.

Asimismo, dedícate a la limpieza de casa, para que todo esté al punto al momento que la familia llegue.

Cuando ya esté tu bebé en casa, procura estar con él el mayor tiempo posible: báñalo, cámbialo y establece vínculos con él. Recuerda, el padre se hace y construye su lugar en la familia.